Este fresco tesoro, aprovechémoslo bien
calma nuestros calores
cura nuestra pesada sed.
Este bello tesoro
cuidemoslo mejor que un juguete
amémoslo mejor que una flor.
¿Por qué odiamos
a esas bolas blancas y de algodón?
ellas traen este buen regalo.
¡Mira como sufren los camellos
en los calurosos desiertos!
son fuertes
pero la necesitan con ansia.
El agua vale mucho
la gente que no la tiene
¡vaya pena!
¡Que suerte!
Tenemos una bendición,
el agua limpia los ríos
dejan de contaminarla ó será peor.
¡Que placer tenemos!
este frescor que ahoga nuestros llantos,
le gusta al niño como juego
y es lo principal de nuestro alimento.
Javier Gallego Urroz